Japón está lleno de contradicciones y para muestra de ello os dejo esta foto sacada en un mercadillo y publicada en la web Kirai (un geek en Japón)
Tenemos de todo, simbología nazi, simbología antinazi, el che, la bandera americana con el símbolo de la paz… vaya lío….
Como esta crisis los nipones nos llevan 20 años de ventaja, estas contradicciones también nos están llegando a los indicadores económicos. Si miramos los últimos datos del IPC uno se queda como estaba, no sabría decir si los precios suben o bajan. Si escuchamos las últimas declaraciones de Trichet o Bernanke tampoco nos ayuda mucho a salir de la duda y es que según donde miremos nos encontramos con que estamos tanto en un periodo inflacionista (por ejemplo, el de las materias primas) como en uno deflacionista (por ejemplo el de la vivienda). ¿En que quedamos?.
Esto es como el pin de la bandera americana con el símbolo de la paz, lo mismo y lo contrario a la vez, así que puestos a ponerle un nombre lo bautizamos como ”biflación”, un concepto descrito por el economista F. Osborne Brown en 2003y que poco a poco va ganando adeptos en los medios económicos. El término se define generalmente como la inflación y la deflación que ocurren simultáneamente en diferentes partes de la economía, específicamente, el aumento de precios de los productos básicos que se comercializan en los mercados mundiales y la caída de los precios por las cosas compradas con tarjetas de crédito en el país, como casas y automóviles. Al tratarse de un concepto emergente, muchos economistas están en desacuerdo con lo que se refiere a su definición. A pesar de ello, su definición más popular es la de que se trata de un escenario económico donde la inflación de los activos basados en los productos básicos se produce junto a la deflación de los activos basados en la deuda.
Me resulta sorprendente que se hable justo ahora de la biflación, ¿o es que no tuvimos biflación incluso antes de la crisis?. Basta con ver como ciertos productos tales como las televisiones, pequeños electrodomésticos, juguetes, e incluso los viajes estaban pasando por un proceso deflactario mientras que los alimentos, la gasolina, la electricidad y la vivienda (antes de la crisis) estaban pasando por la inflación.
El problema no es que los síntomas sean ahora los mismos que hace 5 años, lo grave es que la enfermedad es distinta, antes teníamos deflación debido a la reducción en los costes productivos ahora la tenemos por la debilidad de la demanda al igual que la inflación no se debe a nuestra demanda doméstica si no a la internacional. Dicho de otra manera, sube lo que se compra en China e India y baja lo que se compra en EEUU y Europa. Que cosas…
Resolver este problema es como la raíz cuadrada de menos uno, tendremos que utilizar herramientas “imaginarias”, vamos que basta con subir y bajar los tipos a la vez, y cambiar a Trichet y Bernanke por el Rey de corazones y un conejo blanco.
Fuente: Carlos López