WASHINGTON (Dow Jones)–Las autoridades de la Reserva Federal se mostraron ligeramente más optimistas sobre el panorama de la economía de Estados Unidos cuando se reunieron hace tres semanas, pero no lo suficiente como para poner fin en forma temprana a un programa de compra de bonos de US$600.000 millones.
Las actas de la reunión de política monetaria que la Fed realizó el 25 y 26 de enero, publicadas el miércoles, indicaron que los funcionarios del banco central esperan que el producto interno bruto de Estados Unidos crezca este año entre el 3,4% y el 3,9%. Esto se compara con la proyección de noviembre del 2010, cuando anticipaban una expansión económica para el 2011 de entre el 3,0% y el 3,6%.
Si bien se espera que la economía tenga un desempeño un poco más sólido, las autoridades del banco central prevén que la tasa de desempleo se mantenga en un elevado nivel, entre el 8,8% y el 9,0% al final del 2011, incluso después de descender en enero al 9,0%.
A pesar de la reciente alza en los precios de la energía y los alimentos, el banco central espera que la inflación de ubique entre el 1,3% y el 1,7%, en línea con las proyecciones emitidas en noviembre y dentro de la banda deseada por la Fed.
Dadas las expectativas de que la inflación permanezca baja y la tasa de desempleo continúe en un alto nivel, los funcionarios de la Fed decidieron continuar con sus políticas de dinero fácil, incluido un programa de compra de bonos del gobierno.
Las compras de bonos -que comenzaron después que la recuperación económica se tropezara a mediados del año pasado y que terminarán a fin de junio- buscan impulsar la economía al mantener las tasas de interés bajas y dar un impulso a las acciones.
Si bien los funcionarios de la Fed votaron unánimemente a favor continuar con las compras de bonos, algunos en el FOMC -actualmente con 11 miembros debido una vacancia en la junta de la Fed en Washington- han opinado en contra de esa política, advirtiendo que podría llevar a un brote de inflación.
Las minutas mostraron que una minoría dentro de la Fed no está muy segura del efecto positivo en la economía de la compra de bonos y cree que el estímulo debería ser reconsiderado si las cifras continúan apuntando a una economía suficientemente fuerte.
«Sin embargo, otros destacaron que es poco probable que el panorama cambie lo suficiente como para corroborar cualquier ajuste al programa antes de su finalización», señalaron las minutas.
El fortalecimiento de la economía en medio de un alza en los precios internacionales de los alimentos y la energía hizo que los miembros de la Fed con posiciones más antiiflacionarias a exponer sus preocupaciones este mes. Richard Fisher, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas y miembro con derecho a voto del FOMC, dijo que podría aceptar el programa hasta junio, pero que se opondría firmemente a una expansión del mismo.
Los miembros del FOMC «enfatizaron» que el banco central continuaría revisando regularmente el ritmo de sus compra de valores y ajustaría el programa de bonos cuando sea necesario para fomentar el pleno empleo y la estabilidad en los precios, mostraron las minutas.
Los funcionarios de la Fed proyectaron hace tres semanas que los precios al consumidor se mantendrían por debajo del 2,0% en el 2012, pese a que el PIB ascendería alrededor del 4,0%. Pero las cifras más recientes apuntan claramente a un tendencia ascendente en los precios.
Hasta hace poco, el banco central se enfocaba en la forma de relajar aún más la política monetaria dada la persistente debilidad en la economía. Con un crecimiento económico más rápido, y con la inflación en aumento, principalmente en el extranjero, se espera que la discusión pronto se centre en cuándo, y cómo, reducir las medidas de estímulo.
Fuente: WSJ